Klopp, un tipo feliz.
Sus dos primeras campañas en el club de la cuenca del Ruhr acabaron en sexta y quinta clasificación respectivamente, pero sería en la temporada 2010-11, cuando Klopp empezó a asomar la cabeza en el panorama mundial. El Borussia Dortmund ganó la Bundesliga, imponiéndose al todopoderoso Bayern. Klopp renovó y lo celebró con un nuevo título de liga, logrando que el equipo de Munich, estuviera dos años sin ganar la liga por primera vez en mucho tiempo. No sólo eso, también ganó la Copa ganando la final precisamente al Bayern, por un contundente 5-2. La siguiente temporada el Bayern reconquistó el trono en la liga, pero sería una campaña histórica para Klopp. El Dortmund se plantó en la final de Champions disputada en Wembley. Se recordará, esa eliminatoria de infarto en cuartos de final, donde en el Signal Iduna Park, el Dortmund le remontaría al Málaga. Con un gol ( que no debió haber subido al marcador) de Felipe Santana en el descuento, el equipo alemán se plantaba en semifinales. Le esperaba el Real Madrid, pero tras un partido de ida histórico, con cuatro goles de Lewandowski, el Dortmund destrozó por 4-1 al Real Madrid. En el Bernabéu, sufrió, perdió 2-0 y casi se queda sin final. Pero Klopp y su Dortmund habían conseguido el billete a Wembley.
El Signal Iduna Park, un feudo inexpugnable con Klopp al mando.
En la final esperaba precisamente, su gran rival en Alemania, el Bayern de Munich. Se adelantaría el equipo de Heynckes con gol de Mandzukic, empataría el Dortmund con gol de Gundogan de penalti, y cuando parecía que la final se iba a la prórroga, en el minuto 89' apareció Arjen Robben para anotar el 2-1 definitivo. Robben al que siempre se le acusó de fallar en finales, marcó el 2-1 definitivo que le dió la Champions al Bayern. Fue un duro golpe para Klopp, se habló de su dimisión, pero como ya hizo en el Mainz, se quedó en un momento duro.
Además, el niño mimado de Klopp, Mario Götze se fue al eterno rival, al Bayern. Y Gundogan se lesionó y no pudo jugar en toda la temporada. Pese a ello, la temporada no fue mala. Se ganó la Supercopa, y quedaron subcampeones en Copa y Liga. En la Champions, se perdió en cuartos de final ante un Real Madrid que se vengó. El partido de ida, en la capital española fue horrible, pero casi se remonta en una de esas mágicas noches europeas en Dortmund. En verano, de nuevo una pieza clave se marchó al gran rival: Robert Lewandowski. La temporada empezó bien, con triunfo en la Supercopa, pero la magia de Klopp había empezado a apagarse.
Se llegó al parón invernal, en descenso, sin opciones de ganar la liga y con la clasificación para la Champions complicada. Empezó algo mejor la segunda vuelta, pero la eliminación en octavos de final de la Champions, contra la Juventus dolió. Klopp anunció que era su última complicada, y los jugadores se pusieron las pilas, para darle la despedida soñada a su entrenador. Acabaron la liga en séptima posición, y se clasificaron para la Europa League. Pero lo que podía salvar la temporada era la copa, en semifinales el Dortmund ganó en el Allianz y dejó fuera al Bayern, pero en la final contra el Wolfsburgo, el equipo de los " lobos" ganó 3-1 al Dortmund. Klopp se despidió con derrota, pero como siempre con una sonrisa en la cara.
Gracias Jürgen.
Ahora como en su día, Klopp se hace cargo de un histórico en horas bajas. Debe devolverle la ilusión a Anfield, la afición como siempre le apoyará. Con esa típica presión alocada que le caracteriza, Klopp intentará triunfar en la Premier. Tiene que hacerse cargo de un equipo roto, pero ahora, más que nunca Klopp no caminará solo.
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